Carlos Idaho Gesell, un ilustre que vivió en Banfield
Por Federico Gastón Guerra
Foto Municipio Villa Gesell
Vivió su infancia en esa Ciudad. Fue quien creó la Villa turística
que lleva su apellido. Además gestó un sinnúmero de inventos domésticos.
El 11 de marzo de 1891
nace en Buenos Aires (en la casa paterna de Paraguay al 3033) Carlos Idhao
Gesell hijo de Silvio Gesell, economista de larga data y con teorías económicas
aún vigentes; y Anna Boettger. Carlos, fue
quién pudo ganarle a la naturaleza y lograr que una interminable cantidad de
médanos vivos se convirtieran en la hoy Ciudad de Villa Gesell, uno de los
centros turísticos más importantes del Atlántico. Vivió en Banfield parte de su
infancia.
Hombre
probo de carácter e ideales fuertes, inventor nato de artefactos para el hogar,
autodidacta y sobre todo un gran visionario de los negocios (vale recordar que
fue uno de los dueños junto con su hermano Ernesto de la reconocida Casa Gesell
de artículos para bebé).
“Al momento de nacer don Carlos, sus padres soñaban con
radicarse en los grandes bosques de Idaho, al norte de los Estados Unidos
(sueño que nunca se cumplió) y por esa razón Idaho es el segundo nombre de pila
de Carlos Gesell”, se lee en una breve biografía del Museo histórico Villa Gesell.
Se lo tildó de loco cuando dijo que forestaría médanos vivos y se lo aplaudió desconsoladamente cuando sus restos fueron llevados al cementerio de Villa Gesell. Vivió algunos años en Banfield y su hija Rosemarie Gesell describe ese episodio en el libro que le dedicó a su padre: “Al principio mis abuelos vivían en una pensión (de la Capital Federal), pero al poco tiempo se mudaron a una quinta en Banfield porque no soportaban la vida de la Gran Ciudad. Poco a poco fueron llegando los hijos. Primero Ernesto, después Ana luego mi papá Carlos Idhao (...)”.
Su vida estuvo llena de
dificultades pero a él le encantaban las vallas y obstáculos ya que las sorteaba
con su inteligencia digna de un hombre distinto al resto de los mortales.
Con sólo la primaria
terminada (empezó y no completó sus estudios secundarios), pero con una
biblioteca llena de ejemplares y una gran pasión por la lectura fue capaz de
discutir mano a mano con profesionales de cualquier ámbito. En 1898 la familia
viajó a Alemania y allí y en Suiza, Carlos realizó la primaria y parte de la
secundaria. Con 17 años volvió a la Argentina. Luego residió diez años en los
Estados Unidos desde 1916 hasta 1926.
Arena viva
La vida banfileña de
esos años sería verdaderamente muy natural y con regocijos para la salud, no
por nada en lo que hoy se conoce como Banfield Este estuvo afincada la Quinta
de Juan Manuel de Rosas, y de ahí que una de las calles de esa zona se llame
hoy por hoy Manuelita Rosas porque dicen allí pasaba sus veraneos la hija del
Restaurador.
Si bien el paso de los
Gesell por estas tierras fue efímero, ya que cuando Carlos tenía 6 años deciden
irse a Alemania de donde era oriunda la familia, no podemos dejar de nombrarlo
entre los ilustres de Banfield.
Un
visionario que al decir de Mónica García del Museo Gesell de la hoy ciudad
atlántica: “En 1921 se casó con Marta Tomys, que
fue la madre de sus seis hijos: Roberto, Juana, Úrsula (Trudy), Carlos Silvio
(Bubi), Rosemarie y Tomás. En 1926 don Carlos ya está al frente de Casa Gesell
como gerente industrial. Su hermano mayor, Ernesto Fridolin, es su socio y
gerente comercial del negocio”.
A los 40 años, en 1931, Carlos Gesell inició la forestación de las dunas que
compró ese año sobre la costa atlántica: más de 1.600 hectáreas de arena viva
sin árboles a $22 pesos cada una: “El trabajo fue inmenso, y durante años lo
llamaron ‘el loco de los médanos’. Alrededor de 1940 trazó los primeros loteos
y llamó al lugar Villa Silvio Gesell, en homenaje a su padre”, asegura García.
Cierto es que poco se sabe
de la vida de Carlos en la quinta de Banfield. En el museo que se encuentra
ubicado donde haya sido la primera casa de Gesell en la hoy ciudad que lleva su
apellido me contaron que a través de charlas mantenidas con sus hijos ellos
relataron que su padre siempre les narraba que “en Banfield vivían una vida
salvaje, donde aprendían a contactarse con la naturaleza”.
Tal vez el aire y la
tranquilidad del Banfield de fin de siglo XIX hayan sido los atenuantes de su
vida posterior: con coraje, paciencia y tenacidad. Pasó por Banfield y como
dijo el gran amigo Carlos Muijico: “Sí aquí vivió“. En este puñado de tierras
vírgenes y en su mocedad.
Homenaje lomense
En 2010 la municipalidad de Lomas
de Zamora le realizó a Gesell un homenaje en conjunto con el intendente de
Villa Gesell. Carlos Idaho pasó parte de su infancia en Banfield y en Lomas de
Zamora (frente a la plaza Grigera) hubo una sucursal de la recordad casa de
artículos para bebés (Casa Gesell).
En esa oportunidad los
mandatarios comunales en la esquina de Hipólito Irigoyen Sáenz, descubrieron
una placa alusiva, en el local donde funcionó la sucursal de la mencionada Casa
Gesell. Luego inauguraron en la Biblioteca Pública “Antonio Mentruyt” e la
muestra fotográfica “Carlos Idaho Gesell: La vida de un creador”.
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