El hincha... El color del fútbol
Sirvan
estas líneas como homenaje al hombre más puro que tiene el fútbol, todavía.
“Rara vez
el hincha dice: ‘Hoy juega mi club’. Mas bien dice: ‘Hoy jugamos nosotros’”,
esta frase pertenece al escritor uruguayo Eduardo Galeano.
Tal
vez con estas pocas palabras ya quede ilustrado ese hombre que cada vez que
juega su club utiliza el nosotros como si él fuera un jugador de ese equipo de
sus amores.
La
historia marca que en el año 1863 en una taberna de Londres se ponen las primeras
bases de lo que hoy conocemos como fútbol. De esta manera esta expresión
deportiva se divorciaba del rugby; estas primeras leyes de juego fueron tomadas
de la Universidad
de Cambrigde.
Intentar
dar un pantallazo por la historia de este deporte sería un trabajo que no
tendría coto alguno, ya que el fútbol desde ese 1863 no ha dejado de lanzar
estadística y curiosidades.
Ya
con las leyes establecidas las primeras vejigas de cerdo infladas (en reemplazo
de la pelota, cosa contemporánea) comenzaron a rodar por los potreros del mundo
y junto con las primeras patadas el hincha empezó a tomar fisonomía propia,
tanta que hoy parecieran dos espectáculos distintos: el de las tribunas y el
del “verde césped”.
Es
la historia de los simpatizantes (devenidos en fanáticos), una de esas
investigaciones que todavía no se ha llevado a cabo con exactitud; aunque si se
puede decir que el hombre de tablón ha evolucionado junto con la historia
social de cada pueblo.
En
esta línea es que Jorge Iwanczuk en “La historia del fútbol amateur en la Argelina ” explica: “En la
primera década del nuevo siglo la pasión empieza a tomar forma, los
simpatizantes se transforman en ‘hinchas’ y dejan de ser simples seguidores de
un equipo o componentes de un instituto
educacional o laboral”.
“Ya hacia 1910 -amplia Iwanczuk- un periódico
alude a los seguidores de Alumni, aunque criticándolos, por ‘bullangueros y
exaltados’ y mostrando una cierta extrañeza por la costumbre de éstos de ‘vivar
a su equipo durante una gran parte del partido’”.
“Gran
pensión el campeonato” era una comedia de radio que en décadas de radio capilla
se escuchaba los domingos a la mañana antes de comer las pastas e ir al
estadio. De elegante traje al tono con delicados sombreros y lustrados zapatos,
en la mitad del ’30 y hasta pasados los ’50.
El
hincha ajustaba el paso para llegar temprano a la cancha ya que las entradas,
especialmente las populares, eran tan solicitadas como esa revista Alumni que
daba las claves para descifrar los resultados en otros cotejos.
“Al
fútbol se iba con saco y sombrero; al tenis se jugaba con vestido blanco”,
titula el diario LA NACIÓN
un suplemento histórico dedicado al deporte y a las formas en que se vestían
tanto deportistas como espectadores.
Hoy,
en décadas de fin de siglo, se va a la cancha con la ropa más vieja y con el
peligro de que aquellos muchachos de las denominadas “Barras bravas” nos den
un susto...
El
hincha alejado de esos focos de violencia cotidiana irradiada por aquellos que
nunca supieron ni sabrán lo que era apurar el paso para ganar el tranvía y
llegar temprano a la cancha para aplaudir de pie el máximo trofeo: el GOL....
Foto de: http://cineargentino-online.blogspot.com
Foto de: http://cineargentino-online.blogspot.com
Comentarios
Publicar un comentario